Bill y Gema persiguieron en su “fairitópico” mundo de arrumacos, caricias y sonrisas bobaliconas, como niños con peluche nuevo. La envidia acosaba a Pedro que se engañaba haciéndose creer que sólo le molestaba porque estaban como apartados del resto y no porque se sentía sólo y no vislumbraba cambio posible.
A la hora de comer la pareja decidió ‘dedicarse un momento sólo para ellos’.
-Como si se hubieran cortado mucho estando nosotros delante…-pensó Pedro.
Jackie
1 comments:
Pobre Pedro macho, la Paula esa es una sosa que te cagas, y me cae mal.
Que se venga conmigo.
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