Interlude

La mañana despertó resacosa pero augurando fiesta. Pedro tuvo la extraña sensación de haber desperdiciado la noche con Paula, pero no le importó. Decidieron aprovechar la mañana llenando su cabeza con imágenes de los monumentos más emblemáticos y vaciar el bolsillo yendo de “shopping”.

Bill y Gema persiguieron en su “fairitópico” mundo de arrumacos, caricias y sonrisas bobaliconas, como niños con peluche nuevo. La envidia acosaba a Pedro que se engañaba haciéndose creer que sólo le molestaba porque estaban como apartados del resto y no porque se sentía sólo y no vislumbraba cambio posible.
A la hora de comer la pareja decidió ‘dedicarse un momento sólo para ellos’.


-Como si se hubieran cortado mucho estando nosotros delante…-pensó Pedro.

Jackie

1 comments:

deadbeat dijo...

Pobre Pedro macho, la Paula esa es una sosa que te cagas, y me cae mal.
Que se venga conmigo.

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