Solo hay dos personas a las que de verdad quiero (familia a parte): Diego y Carmen.

Drink Club.


Convenciones sociales, pertenencia a grupos, encasillamiento, etiquitamiento... en eso se basa la sociedad actual a una escala tan generalista como errónea. La pertenencia a grupos de una forma real se muestra en actitudes, en gestos, en detalles tan sutiles que son imperceptibles a los ojos pasajeros. Pero tan particulares que se muestran con claridad meridiana a los ojos atentos, sagaces o, simplemente, constantes.Una pulsera, un vestido, un corte de pelo no te hacen pertenecer a un grupo por mucho que ello pueda parecer una exigencia. Toda moda, todo grupo, toda convención parte de una actitud, de un pensamiento, de una forma de ser, al menos en origen. A veces lo más indie se esconde bajo ropa Quicksilver, música de Estopa, o 12 en casa. O no. Todo es gris, y hay miles de grises diferentes, millones, infinitos.

 El problema son las etiquetas, las barreras al mar. Si una escala de colores el azul oscuro y blanco no se parecen en nada, pero el azul clarito y el "azul clarito un átomo más clarito" son indistinguibles. Más aún cuando pretendes definir la personalidad de una persona basándote en su peina, su vestimenta o su música. Y no es que los compartimentos estancos no tengan sentido. Agrupar tendencias mentales comunes a ciertas músicas o comportamientos es perfectamente lícito y más que útil. Pero hace falta no olvidar que para comprar una cazadora de cuero no piden carnet de 'Rocker' ni se niega el derecho a vestir pantalones de campana amarillos a nadie por tener más de una neurona. El verdadero problema es la marginación del diferente. Quizás porque atenta contra el orden establecido, quizás porque no necesita ese refuerzo social de aprobación con la fuerza que otros la suplicamos. Puede que sea porque el grupo da la seguridad que necesitamos para sentir que no somos un desecho. O quizás es sólo la necesidad de calor humano y aprobación social que se nos inculca desde que nacemos. Pero sea como fuere, no beber alcohol es una actitud tan loable como cualquier otra. Señores, digan no al Drink Club, padezcan etilisimo, sean abtemios, elitistas o absentistas.

La maravilla de la fotografía de la cabecera es que resume el párrafo en más de mil palabras, en un parpadeo infinitesimal.

A. Gepé

My Body Is A Cage


Me cago en el puto color del trigo y en su puta madre. Ahora mismo vendería mis recuerdos por un martillo. Quiero salir de este muro que construí sobre mi. No para de crecer. No dejo de fortalecerlo. La verdad es para quien la merece pero los sentimientos no te hacen débil. ERES débil. No existe el superhombre. No habrá paz para los enmascarados. Nunca tranquilidad para los que se ocultan tras mentiras y vanalidades. Nunca seré como te quiero. Nunca seré como quieres. Nunca seré como quiero. Los pies sobre la tierra hacen que parezca más pesado, más vulnerable, menos perfecto. Por primera vez no me siento capaz de todo. Al revés. Todo me supera. Sólo el balonmano... aunque quizás no es más que un espejismo. Estoy en el periodo 7 y no puedo con los cojones. Aspiraba al 15. Necesito el 9,5. Aquí me quedo. Denme una burbuja de cristal, Pink Floyd, The Postal Service, 6pm, Tom Waits, The Chemical Brothers, Architecture In Helsinki, Los Campesinos!, MGMT... un ordenador con conexión a internet y un libro, para parecer culto. No pienso leerlo. No saldré de ahí jamás. Ligaré por internet, me inventaré una vida y pareceré un tipo supermaduro dando consejos vitales erroneos a la gente y viendo cómo mis predicciones se cumplen en la vida de quinceañeras. No quiero más. Ni compromisos, ni presiones, ni premios.  Un vida plácida sin complicaciones ni chorradas. Nunca debí querer llegar al final de aquella escalera, debía bajarme cuando llegué al último piso, cuando mirar con deseo el ascensor casi me hace caer. Ahora no estaría aquí abajo. Nunca intentes pegar cemento con pegamento de barra. Es muy cutre. Es muy duro ver cómo no se aguanta por mucho que lo intentes, ni aunque lo aguantes con tus brazos. Pesa mucho. Déjalo en el suelo, de ahí no se cae. Y cuando se caiga ¿qué haces? ¿Vas llorando donde mamá? ¿Buscas un trozo de plástico y lo untas de prit hasta que te convences que no es cemento de otro color? Y mientras tanto no olvides esconder bien los restos del pétreo músculo que se rompió. No vaya a ser que alguien lo vea y te ayude... Mejor aún, hay un nuevo corazón, de plástico, píntalo de gris y haz creer a la gente que lo has reparado tú solito. Que eres un genio del fraguado o que no estaba casi roto.

Algún día llegará el momento en el que se irá la pintura, o alguien verá los pedazos de cemento sin reparar y tendrás que afrontar la pena de la ruptura y la vergüenza de la mentira. O quizás el muro es muy grande. No hay forma de que nadie entre a ver nada. Y yo viviré feliz en mi pequeña cápsula. Con mi gran mentira de vida. Como el puto cobarde que soy, como el gilipollas que cuando tropieza mira a la piedra y como ve que no puede romperla llora y deja de caminar.

Never Saw The Point


Y él se abalanzó por el precipicio, pero no pudo. La verdad le pedía que mintiera. Quiso hacerlo, quiso desdecir todos los vientos del mundo y comprar cortinas para su nueva habitación, sin embargo sólo pudo comer madera apolillada y deshabitada. Ni lujo de las proteínas le era permitido en aquel extraño parque de papel y sueños. Lloré. Entonces un brazo amigo clamó su lamento. y los lobos mudos te hablaron del amor y otras mentiras que nunca dejaron de ser cierta, como la manzana al pensar, como el viento que azota la calma chicha en el culo. Quiero beber el cristal de tus gafas sin cristales, de monturas al aire y dulces palabras en nodos paralelos de tus archiconocidos chuvascos. Y el niño Jesús bajó del infierno al cielo pasando por benicarló para besar acciones fraudulentas que su padre, el fontanero le tenía al sol. Entonces paró en seco, miró a su alrededor y se dijo: "¡Haré un blog!"

Y así queridos amigos es como nació Consejos Desde Tokio, muchas gracias.



Mexican Life



Admiro al poder establecido.  Bueno, realmente lo que admiro es     su capacidad de adaptarse y evolucionar a lo largo de la historia. Es un ejemplo para todos la forma en que aprende de sus errores, la forma en que los subsanan. Sufrimos la supremacía más inteligente de la historia, como todos. La diferencia es que esta vez el poder ha aprendido a ocultarse tras humos, tras títeres con títulos y palabras tan bonitas como vacías. Sinceramente no puedo odiarlo, lo único que puedo hacer es oponerme y admirarlo. En esta vida cada uno juegas sus cartas, siguiendo sus principios,  nadie tiene culpa de ello; todos le ponemos un precio a las cosas y nunca pagamos más por algo que no lo merece. Pero sí odio a la gente que poniéndole un precio a las cosas no es capaz de pagarlo por miedo. Al 99% no nos gusta que los políticos nos tomen el pelo.  Si, al 99 y el 90 estaría dispuesto a sacrificar un mes de suelo por un futuro mejor.  El problema es que no hay ni un 10% que realmente lo haga.  ¿Por qué ? Por miedo, porque no somos conscientes que el poder de 90 es siempre mayor que el poder de 10. Por mucho dinero que tengan esos 10, si los 90 no les venden comida morirán de inanición.  Y este es el éxito del poder, este es su merito. Desde pequeños nos hace creer que no valemos nada,  y como el elefante del cuento, aún siendo más fuertes que su yugo, somos sumisos a desgana.  Aceptamos su falso axioma : tenemos más que perder de lo que podamos ganar, si es que pudiéramos. 

"No se rebelarán hasta que sean conscientes de su fuerza. No serán conscientes de su fuerza hasta que se rebelen. "
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