Praise You


La lluvia caía tan torrencialmente que parecía arrastra la luz amarilla de farolas sobre la gente que corria despavorida cubriendose con gabardinas beige y abrigos negros.
Amarillento hasta los huesos caminaba, disfrutando de la sensación de superioridad sobre los alocados pollos sin cabeza que iban haciendose a un lado según pasaba él, mientras a sus espaldas sólo oía sagaces reflexiones de los multiples expertos metereólogos que se escondía bajo las cornisas: 'Es sólo una nube, es muy común en estas fechas este tipo de formaciones tormentosas, es algo natural y completamente predecible'
Le gustaba esa superioridad manifiesta, tan indiscretamente reconocida por todos los imbéciles transeuntes que tanto desconocen de metereología como de su propia ignorancia. Pero bebía de ella lentamente, con cautela pues sabía que aunque a veces guste ir al macDonalds, si sólo buscas la adulación de quien es inferior, al final acabarás con problemas de salud y sin el recuerdo del exquisito sabor de un plato de admiración de aquellos cuya opinión importa. Y es que ya lo plasmó a la perfección Patrick en su embriagadora novela, que la admiración de quien no merece tu respeto muchas veces no merece ni ser vivida.
Por eso los paseos entre pollos y abrigos, entre ignorantes e ignorables no son más que un vicio, un capricho; su pitillo esporádico del sábado del '¿por qué no?' Mientras que el resto del tiempo lo emplea en salir de fiesta por las zonas de moda, conocer otros dioses, el del fuego, la del arrepentimiento, el de la tentacion... todo el resto del universo que se encuentra a su altura. Manteniendo largas conversaciones de dioses en las que siempre busca algún gesto de condescendencia, un guiño de aceptación u, ójala, un destello de admiración. Que vale más perder una dicusión con un dios, que ser adorado por ingentes cantidades de ignorantes.
Huye pues de ese vicio cancerígeno que sólo puede llevarle a una egolatría y a un autoconcepto exorvitadamente exagerado, lejos de la realidad. Le hará quererse, le hará amarse, le hará depreciar al resto, le convertirá en un pequeño Ziggy sin autoconsciencia de lo que es. Pasará el resto de su vida haciendo el amor con su ego, odiando a los ignorantes y alejandose de dioses mediocres, olvidando que lo mejor de hacer el amor, es que no lo haces sólo.

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