Forever And Ever Amen



Otro paso hacia la victoria, hamijos. O por lo menos hasta el bronce :D

Lo cierto es que el mal tiempo hace que las cabezas se cierren, se ahoguen y se estorben unas neuronas a otras. Por eso está la gente loca estas fechas. Con sus tigres. De manera estadística.

Papanatas y malhumorados aparte, todo va según lo esperado en Von-Trierlandia. ¿No estudias?, suspendes. ¿Estudias?, suspendes también. Haber estudiado más, majo. De momento una aprobada y una suspensa. Y una a la que no me pienso presentar esta semana. Buen balance. "En el segundo cuatrimestre me pondré las pilas", muajajajaja.


Que bonico, eh?

I Don't Like Mondays



Y menos aún cuando ves la incompetencia de la gente a la hora de ser coherentes de verdad. Se supone que siempre hay que pensar bien de la gente, pero en este caso... ¿qué es mejor pensar que son hipócritas o que son demasiado egoístas para desear lo mejor a alguien querido? No todo el mundo que se dio cita allí reunía las carencias mencionadas pero sí quien los dirigía y más de uno de los que le seguían. Si algo es 'lo máximo a lo que aspira nadie' ¿por qué llorar cuando alguien lo logra? En el fondo todos dudamos y la mayoría no son capaces de creer en lo que no tocan, por mucho que digan... pero no es eso lo malo, es vanagloriarse de lo contrario.

Yo por mi parte estoy feliz y dudo que, a la vista de las consecuencia de sus hechos, no se encuentre donde merece.
Entiendo el llanto y condeno la tristeza de alma de los que se dicen cristianos.

Jackie

Cristales Rotos

 
 
Mientras el fuego se elevaba entre explosiones por el edificio, una gota fría de sudor recorría una lánguida cara pálida. La excéntrica sonrisa en el rostro de aquel ser reflejaba a la perfección la confusión de su cerebro. La disonante armonía que se podía escuchar abrumaba todo. El viento agitaba violentamente los árboles y se doblaban y crujían a la par que la horrenda batería marcaba duros golpes sin sentido. Los gritos metálicos de las estructuras de la ciudad sofocaban los desgarradores alaridos que provenían del bar. Las ruedas de los coches salpicaban las aceras al pasar por los enormes charcos de sangre que se habían formado alrededor de la fuente. Las salpicaduras alcanzaron a una siniestra muchacha de pelo y ojos oscuros que paseaba blasfemando contra la normalidad y la seriedad de su realidad. De su boca salían despedidas aves de mil colores, que agitaban sus funestas alas dejando un halo oscuro, como una sombra, que oscurecía cada vez más el paisaje. La lluvia diluía estas tinieblas, creando un vapor grisáceo en el cual, la joven bailaba y danzaba al ritmo de los gritos, aullidos, crujidos y ritmos cacofónicos que flotaban en la noche.

El ser pálido cayó en la cuenta de que en realidad no era sudor lo que se deslizaba por su frente. Su sonrisa se distorsionó, siguiendo los compases que marcaba el saxofón que elevaba sus lamentos sobre la ciudad. Miró sus manos enrojecidas. No vio nada. Una fría carcajada hizo a todos los perros de la zona cesar su cántico. El estruendo de los edificios cesó un instante para escuchar la risa del desquiciado. Como una respiración, el viento sugirió a las nubes oscurecerse, con la esperanza de ocultar la catarsis que se estaba originando.

Una a una, el ser blanquecino fue arrancando sus uñas al ver a la chica de los ojos vacíos. Sus ropas, tan vacías como sus pupilas, transmitían un aroma sensual que atrajo al instante la perversa mente de nuestro personaje. Este, al volver a mirar sus manos, destrozadas, desgarradas, sangrando tinta negra, no pudo evitar levantarse y caminar hacia la joven. La lluvia le mojó el rostro, haciendo que su pelo lacio cayera sobre sus ojos.

-¿Qué opinas de la vida?

Su voz era perfecta. Ponía de manifiesto todo el sufrimiento que había padecido. Al oír esto, el hombre apartó con sus repugnantes manos el pelo que le tapaba la cara. Unos ojos sin párpados ni pestañas, adornados cruelmente por un cerco de pintura negra, que se había corrido por culpa del agua, aparecieron ante la muchacha.

El fuego se apagó. Las estructuras que quedaban en pie se dejaron caer sobre sí mismas, destruyendo por completo el ruido. Silencio.

La chica acarició las destrozadas manos del ser que se encontraba frente a ella. Estaban frías. Cosidas con hilos blancos y negros que se entrecruzaban. La respiración del hombre se aceleró. Su corazón no podía más.

Tras tres sonoras palpitaciones que hicieron alzar la mirada a la joven, todo volvió a la normalidad.

She's Standing Next To Me



Está frente a mi. La observo. Es atractiva, no guapa, pero sí atractiva. Tiene se algo que cambia a la gente, más felices. Ciertamente no es una chica. Hasta altas horas de la noche puedes verlas en los bares ofreciéndose para beneficio del dueño y los cliente, vendiendo su alma a cualquiera que necesite un trago de felicidad o simplemente un momento de éxtasis. Siempre dispuesta, sin malas caras ni excusas se ofrece como solución temporal a los problemas de las gente que quiere probar su dulce veneno. Pero es droga pura. La gente no lo cree hasta que sufre bajo el yugo de su necesidad. Es un círculo vicioso del que les es imposible salir pues a fuera hay demasiados problemas como para alejarse de sus confortadores brazos. Sin remedio se ven es esta espiral que sólo puede acabar mal. Por suerte a mi eso no me pasa, yo la amo. La gente no aprecia la diferencia pero la hay; yo no la necesito, la quiero. Su sóla presencia me alegra y tranquiliza, hace que algo dentro de mi se revuelva, algo que hace brotar en mi rostro una sonrisilla de satisfacción. Y, ¿sabéis lo mejor? que ella a mi también me quiere. Nunca me lo ha dicho, ella nunca habla, pero se la nota; la forma de esperar sobre la barra cuando me ve... incluso la forma en que me hace poseedor de su alma es... diferente, casi como si lo deseara. No voy a decir que me da igual que los demás tengan acceso a ella, pero es algo con lo que he aprendido a vivir; prefiero compartirla que no tenerla. No podría soportarlo si me faltara... no voy a decir que moriría pero no espero nada mejor.

Ahí sigue, frente a mi. Sin moverse. con esa curiosa expresión que la hace misteriosa y apetecible a la vez. La miro de nuevo, ¡qué atractiva! Dudo. ¿Accederá a estas horas? Sé que aún es pronto para ello, pero ¿es que hay algún momento malo para la felicidad? Ella también sabe que es pronto, pero accede sin dudar, como siempre. La tomo por el cuello, vierto su alma en un vaso. Dos hielos serán suficientes. Me dispongo a disfrutarla. ¡A su salud!

Jackie

Ize Of The World


No contento con todo lo que había causado, se quitó la chaqueta y espetó: "¿Os gusta mi pomelo?".

El estupor masivo fue como una niebla de esas que entran en tus huesos y rehusan salir. La gente, aterrorizada por tal aberración ética y por la rebeldía que aquel hombre albergaba en su ser; huyó desconsolada hacia parajes nuevos, horizontes aún inexplorados y días alejados de blasfemia y oscurantismo.

Él, quién quedó en pié aquel día, ahora yace marchito y decolorido.

Out Of Dreams


Heme aquí para hablarles de la pomposa Navidad, de las vanidosas promesas de año nuevo, de los sobacos apretados (cuyo aroma prolifera más ahora que se ha acabado el humo dentro de los bares) esperando apretujados contra la barra a que su copa sea servida; de los regalos de los reyes, (que ya no son ni magos, ni majos) y que se van convirtiendo generalmente en dinero, si hay, y no en otras ilusiones materiales y sus correspondientes noches en vela.

Señores, algo se ha perdido en la Navidad y no sabemos que es, o quizá no queramos saberlo para no ponernos nostálgicos.
Quizá eso de hacerse mayor no sea tan bueno. ¿Lo fue alguna vez? Seguramente, pero quien sabe, el mundo esta lleno de contradicciones.

Quizá lo haya dicho todo y quizá no haya dicho nada, lo que si les deseo a todos es otro año más de vida, feliz a ser posible, que al fin y al cabo, es lo importante.

Another Christmas Tale

Era una noche fría de invierno, los tres hombres llegaron a la ciudad vestidos lo más normal que pudieron, tratando de no levantar sospechas. Como cada año. Miraron a su alrededor. La calle estaba vacía, bien. Cuando llegaron a la primera casa se miraron. En sus caras se reflejaba la misma pregunta de todos los años: ¿Podremos esta vez? Se acercaron lentamente a la ventana, como quien no quiere avanzar por miedo al fracaso. Se asomaron. -¡Mierda!-. Sus caras se volvieron al momento el más perfecto reflejo del fracaso, el desengaño y la desesperanza.

-¡2310 ciudades!- dijo el más abundante en canas- ¡2310 con sus innumerables casas, todas y cada una las hemos visitado y no hemos conseguido nada! En todas había gente despierta, en todas y cada una quedaba alguien rehuyendo el abrazo de Morfeo. ¿No duermen los hombres ya?¿No existe el deber, el respeto a las tradiciones? Cuando empezamos en esto la gente cumplía con su deber dejándonos hacer nuestro trabajo...

-Es cierto, de unos años para acá se ha extendido la costumbre de no respetar las tradiciones- continuó otro mientras se sentaba asumiendo la derrota-. Sólo piensan en ellos mismos, seguro que si tuvieran que cargar con estos sacos y hacer nuestro trabajo no acabarían vivos.

-Sabes que eso no es justo -le cortó el anterior-. No tienen nuestras cualidades, ninguno de ellos.

-¡Por eso! -exclamó el más joven mientras se levantaba de un salto- Aprovechémonos de nuestros dones...

-¿Qué pretendes?-fue la respuesta de los otros dos, entre curiosos y temerosos.

-Lo sabéis perfectamente-contestó dando un paso atrás-. Entramos por aquí y mientras yo les 'duermo' vosotros dejáis la mercancía, es fácil. Antes de irnos nos aseguramos que nadie pueda recordar lo sucedido y punto final.

-¡No!-gritó el mayor- Ya hablamos de esto hace años.

-Pero hay un reparto que hacer -argumentó  bajando la cabeza-. ¿Qué haremos si no?

-Lo de siempre, volver a casa y esperar a que el próximo año haya suerte

-¿Es que nadie cree ya en nosotros?- dijo, y la pregunta sonó tan hiriente que no pudo  más que callarse.
Tras un incómodo silencio prosiguió. -Es que no entiendo esa manía de los hombre de no creer las cosas que no pueden, o dicen  no poder, probar, sólo porque les parecen demasiado mágicas.
-Ni yo amigo Baltasar, ni yo.

Jackie

Life Is No Nintendo Game

2011, año impar, por lo general suele ser mejor que sus hermanos los pares; cosas mías que nunca podré entender. Todo el mundo hace propósitos de para el nuevo año: dejar de fumar, dejar de beber , encontrar pareja, estudiar más...En mi caso, yo no le pido nada de éso, es más, no me importaría demasiado que suspendiera todas las asignaturas, que las chicas pasen de mí como un rico de un pobre a la puerta del Corte Inglés, o que incluso mi capital social y económico siga descendiendo a un ritmo frenético. Solo pido una condición, que todas esas adversidades sean de chapa y pintura.

 Un día más, un día menos. Lo de siempre.
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